El Kakie es el trabajo equivalente al Chisao chino, las “manos pegajosas” del Wing Chun.
Etimológicamente puede significar “acercarse el uno al otro” o “manos que envuelven”, aunque más literalmente vendría del término Kaku No Te, “mano abierta de grulla”.
Con las manos entrecruzadas, sin perder el contacto y a corta distancia (Te No Te), los practicantes redirigen los diversos ataques, los bloquean, se empujan y se tiran el uno al otro, entrenando fuerza, fluidez y sensaciones. Todo esto puede llevarse incluso al combate cuerpo a cuerpo (Jissen Kakie o de lucha real).
No debemos olvidar cuando hablamos de Karate Dō, que hasta finales del siglo XIX se ponía tanto énfasis en los agarres (Tegumi, grappling) como en el golpeo que todos conocemos. Asimismo, siempre se han practicado en nuestro Arte luxaciones (Kansetsu Waza), proyecciones (Nage Waza), estrangulaciones (Shime Waza) y derribos (Taoshi Waza), técnicas que aunque muchos karatekas intentamos recuperar, la competición ha hecho que se dejen de lado centrándose solo en las permitidas por el correspondiente reglamento. Otra razón objetiva de que se hayan casi abandonado muchas de esas técnicas (¿peligrosas?) es la popularización del Karate a partir de principios de 1900 en Japón, tal y como le ocurrió al Jujutsu en beneficio del Judo, donde su fundador Jigoro Kano eliminó las técnicas más peligrosas para poder expandir dicha disciplina por todo el país del Sol Naciente.
En el Kakie se procuran “leer" las intenciones del oponente a través del contacto. Durante su práctica se pueden cerrar los ojos para sentir mejor los movimientos del compañero. En un estadio más avanzado se hacen Atemis, patadas, derribos y controles tanto de manera libre (Jiu Kakie) como en encadenamientos preestablecidos (Renzoku) o combinaciones (Renraku).
El Kakie es practicado especialmente en Gōjū Ryū , uno de los antiguos estilos de Karate okinawense, y es considerado un ejercicio muy interesante, útil y beneficioso para la adquisición de ciertas cualidades en nuestra disciplina. Igualmente, este trabajo lo practicamos desde hace tiempo en la escuela Shōtōkāi, donde la fluidez y continuidad de movimientos es primordial. Recuerda mucho a ciertos ejercicios de calentamiento de Taichi.
En referencia a los encadenamientos y combinaciones a los que aludíamos más arriba, existen lo que algunos llamamos Butsukari (lit. “colisión"), que no son más que ejercicios de repetición (drills) preestablecidos formados por defensas, contraataques y controles entre dos compañeros que se automatizan con la práctica continuada de ellos.
En el vídeo que ilustra este artículo grabado por Ana Salazar y editado por mí podemos ver, tras unos ejercicios clásicos de calentamiento (Jiu Kakie, “manos pegajosas”), algunos ejemplos tanto propios como inspirados en los creados por el maestro Juan Antonio Ponce -compañero y amigo personal, especializado en estos trabajos- en los que, con ayuda del Kuro Obi José Antonio Piña, realizo unos ejercicios basados en las defensas Uchi Uke, Jodan Age Uke, Shuto Uke y Soto Uke. En dichas aplicaciones -al contrario de trabajos como el llamado Hente, ya abordado en este blog- se usan ambas manos como venimos indicando en este artículo sobre el Kakie, sin apenas perder el contacto y buscando la mayor fluidez posible. Desde ejercicios básicos continuos y "sin fin” -Butsukari- hasta aplicaciones en las que buscamos la finalización por parte de uno de los dos practicantes.
Raúl Cabral.
Bibliografía: Juan Antonio Ponce Sensei, páginas Karate.asia, Wikipedia, Blog de Luis Costa y Muidokan.com
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