Aunque en nuestro país, afortunadamente, no existen un gran número de armas de fuego de corto alcance como son pistolas o revólveres en posesión de particulares, también es posible encontrarnos con una amenaza de este tipo de armas, más aún si pensamos en posibles atracos o atentados terroristas, cada día más frecuentes en el mundo.
En la presente entrada podemos ver diversos desarmes ante dichas amenazas con pistola por parte de nuestro compañero Javier desde distintos ángulos y alturas: esto es, frontalmente a la cabeza, pecho y abdomen; por la espalda, por el flanco, con agarres, de rodillas, etc.
Son algunas propuestas de desarme las que vemos en el vídeo, aunque desde luego solo se debieran llevar a cabo si no hay más remedio o vemos más peligroso el no hacerlas que el hacerlas. Dicho esto, no olvidemos dos extremos: por un lado, que un arma corta de fuego solo es lesiva en la dirección del cañón (no como un cuchillo que tiene posibilidad de cortes en numerosas direcciones) con lo que si conseguimos que dicho cañón no apunte a nosotros o a nuestros acompañantes estaremos fuera de peligro por el momento. Por otra parte, debemos recordar que ante una amenaza con pistola o revólver estamos a merced de una simple presión de la cola del disparador (gatillo), y esto es muy peligroso. Debemos decidir rápidamente qué hacer.
Como consejo adicional, no debemos olvidar el volver a montar el arma antes de apuntar a nuestro agresor si se trata de una pistola semiautomática, pues la carga del siguiente cartucho se habrá interrumpido al producirse un disparo en el caso de agarrar el carro como vemos en estos desarmes.
Por último, aconsejo en la práctica de desarme de pistola el que nuestro ayudante no meta su dedo índice en el guardamontes del arma pues podría dañárselo o hasta rompérselo, como ocurriría con toda probabilidad en un desarme enérgico y con un arma real de metal.
Raúl Cabral.
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