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domingo, 15 de junio de 2025

Kata Akamine No Nunchaku.

Abordamos en esta ocasión la ejecución de un Kata de Nunchaku aprendido a través del maestro Eduardo Pardo en uno de sus interesantes cursos de Goshin Jutsu.

Se trata de Akamine No Nunchaku, un Kata interesante aunque no muy complejo obra del maestro Akamine, quien le da su nombre. 

Akamine Sensei nació en la primavera de 1920 y su primer contacto con las Artes Marciales fue a través de su abuelo. También aprendió Karate de la escuela Shorin Ryu con varios maestros y Goju Ryu, principalmente con Chujun Miyagi. Asimismo, estudió otros estilos tales como Uechi Ryu.




El maestro Akamine fue una persona inquieta que se relacionó con infinidad de budokas de la época de estilos como Gensei Ryu o disciplinas como el Taido Jutsu, y de hecho llegó a crear su propia escuela; Ken Shin Kan. De sus contactos con tantos maestros y karatekas nació la incorporación de ciertos derribos, proyecciones y patadas en salto a su Karate Goju Ryu.

Junto con su aprendizaje de Karate Dō, Akamine Sensei practicó Kobudo (Bo, Sai, Tonfa, Kama y por supuesto, Nunchaku o Sosetsukon) con sus diversos profesores de Artes Marciales, aunque fue del maestro Matayoshi -de quien tenemos un Kata en este blog- de quien más Kobudo aprendió.

En la década de los 50 se estableció en Brasil junto a su familia y llegó a dar clases a más de un millar de alumnos. Viajó por Chile y Uruguay, donde trasmitió sus enseñanzas. Akamine también se interesó por otras disciplinas, no siempre relacionadas con el Budo (Kuatsu, numerología, Do In, Shiatsu...) que le influyeron en su vida diaria. 

El maestro Akamine alcanzó el 8º Dan de Karate por la Butokukai nipona, y aunque tuvo varias oportunidades de obtener el 9º y 10º Dan, nunca quiso recibirlo. 
Murió en julio de 1995 a los 75 años de edad.

A continuación comparto un vídeo grabado recientemente con mi humilde propuesta sobre el Kata Akamine No Nunchaku realizado por mí en el sevillano Dōjō Kisei.

Raúl Cabral.

domingo, 1 de junio de 2025

Bushidō: El Código del Samurai.

Bushidō, La Senda del Guerrero
De todos los artistas marciales es sabido que el Samurai tenía un código por el cual se guiaba en el camino de su vida. Se trataba del Bushidō, "la senda del guerrero”.

El Bushidō era un código de honor en el que el Samurai podía llegar a entregar su vida, bien fuera en el combate o mediante el suicido ritual conocido como Seppuku (mal llamado Hara Kiri por muchos occidentales). Debemos saber que el término Samurai significa literalmente "servir como ayudante” y el término Bushi, “caballero armado”, que los propios guerreros usaban para autodenominarse, ya que era una palabra más digna.

Las fuentes de las que procede este Código Samurai son el confucianismo, el budismo, el zen y el sintoísmo, y las siete virtudes que conforman dicho código son las siguientes:


1. Gi (義): Justicia.
Del Samurai se esperaba honestidad y justicia en sus tratos con los demás. Para estos guerreros no había grises, solo blancos o negros; lo correcto y lo incorrecto.

2. 
Rei (礼): Respeto, cortesía.
El Samurai no buscaba ser cruel ni demostrar su fuerza. Debía ser respetuoso incluso con su enemigo. Esto le valdría paralelamente para obtener el respeto de todos, no por su poder, sino por su manera de tratarlos.

3. Yu (勇): Valor, coraje.
El Samurai sobresalía sobre el resto por su valor, ignorando el sufrimiento y el riesgo físico. Su valentía, no obstante, no era ciego siempre. Debía ser inteligente y racional.

4. Meiyo (名誉): Honor.
Era la más importante de las siete virtudes. Podríamos decir que resumía al resto. El Samurai no podía permitir que su honor fuese mancillado. Como solían decir, “yo me estoy viendo”, lo que significaba que no requerían ser vistos por nadie para obrar con honor. Ellos mismos eran sus propios jueces. De hecho, llegaban a entregar su vida si era preciso a través del suicidio ritual denominado Seppuku.

5. Jin (仁): Compasión, benevolencia.
Aunque por el duro entrenamiento durante años el Samurai era fuerte, poderoso y veloz, eso no significaba que, llegado el momento, dejara de ser compasivo con los débiles, con sus semejantes e incluso con sus enemigos.

6. 
Makoto (誠): Honestidad, sinceridad.
La palabra del Samurai era un compromiso en sí mismo. Solo con decir que haría algo era como si ya estuviese hecho. No era necesario hacer un juramento. No prometían ni amenazaban; solo el hablar formaba parte de la acción que iban a llevar a cabo.

7. Chuugi (忠義): Lealtad.
Samurai viene de la palabra “servir”, por lo que debía estar bajo las órdenes de un señor al cual le entregaba su vida. Su lealtad pues, era fundamental e imprescindible para él.

El Código del Samurai ha evolucionado desde que en la era Kamakura se usara para adoctrinar a los guerreros, hasta nuestros días en los que dichas normas éticas y morales han transcendido a la sociedad nipona.


Las Artes Marciales antiguas (Koryu Budo) influenciadas por el Bushidō eran el Jūjutsu, el Yawara Jutsu o incluso el Sumo. Actualmente, las Artes Marciales modernas (Gendai Budo) -que siguen de uno u otro modo el Dōjō Kun o código de conducta que en esta entrada estamos abordando- son el Aikido, el Goshin Jutsu, el Judo, el Tai Jitsu, el Kyudo, el Kobudo, el Iaido y por supuesto, el Karate Dō, entre otras.

Raúl Cabral.

Bibliografía: Descubriendo Japón, Wikipedia.